Al leer
La Vaca recuerdo las oportunidades que por creencias, justificaciones y excusas
(vacas) no hemos aprovechado; pues esas vacas nos brindan una falsa seguridad que
impide querer buscar algo más, nos paralizan e imposibilitan cambiar eso de
nuestra vida que no nos agrada como: un trabajo odiado o una relación abusiva,
porque es cómodo hacerse la víctima y no colocar la culpabilidad en nosotros,
concuerdo con el doctor Cruz en que la mediocridad es peor que fracasar porque
cuando se está en el fondo hay que subir, tal como le pasó a la familia dueña
de la vaca cuando el viejo maestro la degolló.
Licda. Jessika Taylor
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